Ante la ausencia de balsa salvavidas, toda la tripulación debe de tener puesto el chaleco salvavidas sin excepción. Es aconsejable según la temperatura que reine, abrigarse con toda la ropa posible, para así crear capas donde la pérdida de temperatura corporal en contacto con el agua, sea la menor posible (hay que recordar que la hipotermia reduce nuestras posibilidades de supervivencia en la mar). A continuación, se arrojará por la borda, todo objeto que sea capaz de flotar por si mismo (Boyas, envases de plástico, cabos, etc..). El patrón dirigirá la maniobra de abandono e instruirá a la tripulación la forma y la zona por donde se debe de proceder. Siempre y si las condiciones lo permiten, se debe de saltar siguiendo el orden que se establezca y siempre por Barlovento (evitamos que la deriva que sufra la embarcación, nos golpee). La tripulación debe de saltar con los brazos en cruz (fig.6, una mano nos tapará la nariz y la otra sujetará el salvavidas para que no nos golpee la cara al entrar en contacto con el agua). Posteriormente toda la tripulación se reagrupará lejos de la embarcación para que, durante el hundimiento, no seamos engullidos por el efecto remolino.
