Producida por la acción del frío, bien en forma local variando desde un simple enfriamiento hasta una congelación completa (siendo las partes más afectadas los extremos de los dedos, punta de la nariz y las orejas) o en forma total originando los llamados cuadros de hipotermia. Con relación a la navegación la más frecuentes de producen por caídas al mar, en donde además del enfriamiento del cuerpo intervienen, el descenso de la temperatura ambiente, y otros factores como el viento, la humedad, el tiempo de exposición, la inmovilidad, la fatiga, etc.
En esta clase de accidentes, la temperatura del cuerpo generalmente desciende a menos de 35ºC, haciéndose más lento el pulso y la respiración, las extremidades se hacen más insensibles y la piel se torna pálida, con aparición de ampollas dolorosas. Por debajo de 32º de calor corporal se empieza a producir cansancio, falta de coordinación, aturdimiento y por debajo de los 30º se pierde el conocimiento, el pulso se vuelve débil, el cuerpo pierde por sí solo, la capacidad de generar calor, y el paciente, si no se le ayuda, normalmente fallece de una arritmia ventricular.
Procederemos retirando al afectado a un lugar seco y templado sustituyendo la ropa mojada. Lo mantendremos en posición horizontal, tratando de aumentar lentamente la temperatura corporal (mantas térmicas oro-plata, bolsa de agua caliente en axilas, ingles y cuello), administrándole bebidas (si el náufrago está consciente) calientes azucaradas o isotónicas, y no ofrecer alcohol. Aplicar solución antiséptica en las ampollas si las hubiera y realizar consulta radio médica urgente.